2013/02/12

José Pérez Julién: ¿El árbitro de las dificultades?

Por RAFAEL ROFES PEREZ

Hoy quiero compartir con los lectores de mi Pasaje solo uno de lo tantos trabajos de calidad, amenos e interesantes que forman parte del libro Los hombres de negro, escrito por el colega y amigo de tantos años, José Antonio Fulgueiras, un hombre enamorado de la pelota, quien me hizo llegar recientemente esta joya periodística.

Si Fulgueiras califica al umpire capitalino José Pérez Julién como “el hombre de las dificultades”, yo me voy a tomar el atrevimiento ahora mismo de agregar que él - por demás hijo  ilustre de Sagua la Grande-, es “el hombre de las tallas inigualables”, pues  a decir verdad, las cosas que le han sucedido a José Antonio en sus poco más de 55 primaveras, bien pudieran ir fácilmente a los récords Guiness.

Y no exagero. Espero algún un día poder demostrárselos. Ahora solo los dejo con este trabajo del polémico Fulgue, el cual espero disfruten porque toca aspectos poco conocidos de Pérez Julién, un árbitro bien corajudo y a la vez requetesencillo.

Aunque a José Pérez Julién no lo enlanza ningún vinculo sanguíneo con Simón Bolívar, el Libertador, de igual forma se le pudiera llamar “El hombre de las dificultades”. O también, el ampaya de los enredos amplificados, o el de las controversias escandalosas. Lo cierto es que pese a su juventud, que la revela en físico y palabras, resulta uno de los mejores árbitros cubanos del momento.


Contar  los rollos arbitrales de Pérez Julién sería interminable, pero vamos a dejar que el nos narre dos de los más repiqueteados.

He sido un poco fatal, en realidad he tenido mala suerte. En el primer problema acontecido en Ciego de Avila, considero que fueron injustos en la sanción que me aplicaron.

Yo le canté un tercer strike al camarero avileño Mario Vega y él protestó, pero yo hice caso omiso del asunto. Concluí el juego y me dirigí al cuarto de árbitros para entregar  las pelotas, pero Mayito parece que no se conformó con mi decisión, continuó detrás de mí y me insultó. Me viré, me volvió a ofender con palabras obscenas y tuve que expulsarlo.

Ese percance fue en el intermedio del primer y segundo juegos. Fui a cambiarme de ropa porque iba a trabajar en bases, y ya estando en la habitación, Vega entró, y de una forma descompuesta, me gritó: “¡Tú eres malo con cojones!”. Pensé que me iba a agredir y rápidamente me levanté y me defendí, pero todo fue muy simple, solo le tiré un manotazo. Era un cuarto cerrado, no había puerta y nadie nos vio; sin embargo, los comisarios técnicos fueron extremadamente duros conmigo y lo informaron a la Comisión Nacional que lo consideró como un hecho muy grave y nos suspendieron por dos años, tanto al atleta como a mí.

Apelé por todos los canales, pero sin resultado. Escribí una carta al Presidente del INDER, Cristian Jiménez, con copia al Vicepresidente primero, Roberto León Richard, y jamás recibí una respuesta.
Y aunque el Comisionado Nacional, Carlos Rodríguez, me aseguró que ese incidente no me iba a perjudicar para los eventos internacionales, todo resultó falso. Ese año se efectuaron en Cuba los mundiales Juvenil y Universitario, y el Preolímpico de las Américas, y en ninguno participé. Además, había siso seleccionado por la AIBA para la Copa Intercontinental en Taipei de China 2006 y me denegaron la participación, pues alegaron que yo estaba suspendido. Me troncharon esos eventos internacionales por una actitud injusta de los directivos del béisbol. Yo hice mi apelación correspondiente pero nadie me respondió.

Otro incidente con Michel Enríquez fue en el 2007. Le canté un tercer strike en el sexto  inning de un juego en la Isla de la Juventud, y no le gustó. En el propio home me ofendió, me faltó el respeto, y me vi en la obligación de expulsarlo.

Ese hecho ocurrió un martes; al día siguiente, miércoles, él no jugó como está establecido. El jueves salió a cubrir la tercera base, pues ya había cumplido la sanción. El juego se desarrolló normalmente, y al finalizar el encuentro, me fui hacia el hotel. Cuando me estaba bajando del carro, él me estaba esperando, escondido en el hotel, con un bate en la mano. Me fue para arriba y me tiró el batazo hacia la cabeza. Solo tuve tiempo de poner el brazo en defensa, con lo que logré detener el bate, pero con el impacto me fracturé el cúbito.

Fue una agresión física premeditada dos días después del ponchado. Huno muchas agravantes: premeditación, alevosía, violación de la seguiridad del hotel y golpe a traición con un arma contundente, mas la justicia no se ejecutó.

Posteriormente se concertó una reunión con ambos. Me dijeron que él tenía deseos de disculparse conmigo, mostrar su arrepentimiento, y yo accedí. Todo ser humano tiene derecho a una oportunidad en la vida, ¿no?, y pienso que él se lo ha ganado por el prestigio que tiene como atleta y los muchos logros deportivos que le ha aportado al país. No se puede negar esa oportunidad, y yo se la di. Sin duda le di la posibilidad de demostrar su arrepentimiento y estoy satisfecho con eso.

Le he arbitreado después varias veces sin ningún problema. Nos hablamos, él me saluda y yo le respondo. Se disculpó conmigo y ya es como si no hubiera pasado nada entre nosotros.

Sin embargo, Mario Vega, hasta ahora, no me ha dirigido la palabra; y cuando le arbitreo, pongo la máxima concentración en las jugadas en que él participa, para que no haya el menor recelo de represalia o rencor.

En 1996, anterior a estos dos acontecimientos, Pérez Julién tuvo otro soplo espinoso.
Ocurrió en un juego entre Pinar del Río y Matanzas, en el Capitán San Luis. A la altura del novena inning se produjo una jugada en tercera, en la cual hubo dos decisiones. El juego estaba 4 a 3. Los matanceros en su última oportunidad tenían hombre en primera, ya con dos outs. El bateador en turno dio un two-base por el center field, y el corredor de primera dobló por tercera y siguió hacia el home; pero al verse prácticamente cogido, regresó a tercera. El árbitro de segunda se había internado en los jardines, detrás de la conexión. José Ramón  (Mongo) Vélez fue a cubrir la segunda, y yo, que estaba en el home, fui hacia tercera. El catcher, al observar que el corredor regresaba a la antesala, tiró hacia esa base, pero el tiro no fue buenoy le dio tiempo al corridor a retornar a la almohadilla. Yo canté quieto, pero Mongo regresó a su posición y canto out.

Se formó una gran polémica, porque si se mantenía el out, el juego se acababa y ganaba Pinar del Río, y si prevalecía el quieto, seguía bateando Matanzas.

El juego se estaba transmitiendo por la television y decidimos reunirnos. Yo era un árbitro nuevo, solo tenía tres series nacionales. Germán Aguila, el jefe de Grupo, determinó que como mi decisión era la más correcta tenía que prevalecer.

Matanzas continuó al bate e hizo 6 carreras en ese inning y le ganó a Pinar del Río. Por suerte la cámara lenta apoyó la decisión que se adoptó. Fue una situación muy difícil. Prácticamente salí asistido por la Policia. Pero luego los aficionados, al ver la jugada por la television, se ocuparon de aclarar que, en efecto, el fallo había sido justo.

También en el 2008, en el play off  SSP-PRI, tuve un problema con Pedro Luis Lazo, cuando Sancti Spíritus empató en el noveno inning por un lanzamiento que ellos consideraron que era bola y yo canté strike. Lazo salió como líder a protestar, pero con un tabaco en la boca, y tuve que expulsarlo por actitud antideportiva. Ahí se formó un pequeño altercado, aunque todo terminó  bien, no hubo males mayores. 

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que ha sido un buen árbitro, y muchos quizás desconozcan que es un licenciado en cibernética que dejó esta profesión por dedicarse a la pasión del beisbol. Aunque capitalino , que siempre los villaclareños miramos con recelo ante decisiones contra Villa Clara, hay que reconocer que es un buen árbitro y que ha sido bastante neutral.

Justo Andino dijo...

Buen arbitro que no come miedo y eso e importante

Anónimo dijo...

Lo vi muchasss veces y la verdad tenia una de las zonas de strike mas grandes que se pueda ver. Y estoy hablando hacia los lados. Muchos de sus problemas fueron por eso, ponchados con bolas que pasaban a una cuarta del home. No voy a calificarlo de bueno o malo, pero de que tiene ese"problemita" lo tiene.

José Pérez Julién dijo...

Gracias Rafael Rofes Perez por dar criterios positivos sobre mi. El trabajo de un árbitro en cualquier deporte es dificil. Lo más importante es ser imparcial y te ganarás el respeto de los atletas que son los que realmente definen ¿quiénes son los árbitros buenos y quiénes no lo son?

José Pérez Julién dijo...

Estimado Rafael Rofes Pérez.

Un saludo ante todo.

Me sorprendió ver la publicación en su blog de mi pequeña narración plasmada en el libro de Fulgueiras.
Le agradezco mucho sus comentarios positivos sobre mi persona.

Desgraciadamente la mayoría de las personas que emiten criterios sobre los árbitros son aficionados y desconocen esta labor tan difícil. Los que mejores pueden caracterizar a un árbitro son los atletas y casi nunca lo hacen de forma pública. En caso de que alguno lo haga, por lo general se refiere al arbitraje en general.

A pesar de las dificultades del trabajo, siempre se recibe la recompensa de los atletas cuando respetan tus decisiones. Eso no se logra de la noche a la mañana. Hacen falta muchos años y decisiones polémicas donde prime el valor y la imparcialidad del árbitro.

Antes de empezar los juegos, los equipos averiguan cuales son los árbitros y psicológicamente los prepara para el encuentro. Así hacemos también los árbitros, vemos que equipos van a jugar y que lanzadores estarán en el juego.

Tuve la suerte de trabajar durante 20 series nacionales y representar al país en 7 eventos internacionales fuera de Cuba.

Gracias por todo.